La motivación es el combustible de nuestro cerebro, es la fuerza que nos mueve a la acción.
Este programa de intervención intenta dar respuesta, desde una perspectiva sistémica, a la problemática que se da, sobre todo en periodos de preadolescencia y adolescencia con el alumnado que, sin tener dificultades de aprendizaje, está desmotivado para el estudio.
Son dos los tipos de motivación que mueven a una persona: Intrínseca y extrínseca.
La motivación intrínseca tiene que ver con el interés que una tarea despierta en la persona, con su afán de superación y es la que en mayor grado garantiza el éxito en la tarea. Depende tanto de factores individuales (el grado de curiosidad, de placer por aprender, la previsión de éxito/fracaso, las preferencias en las asignaturas…) como situacionales (que la tarea sea motivadora, que se presente de modo atractivo, su nivel de dificultad…).
La motivación extrínseca son todos los factores externos, premios y castigos que mueven a la acción. De este modo, señales de aprobación/desaprobación, las calificaciones, los regalos, ganar o perder algún privilegio, etc. son factores motivadores o desmotivadores. También depende de factores individuales (el valor que la persona le otorga a esos premios o castigos) y situacionales (el modo en el que “se juega” con estos premios y privilegios)
Bien trabajados, ambos componentes de la motivación se retroalimentan entre sí, existen a la vez y uno provoca la aparición del otro. Tener en cuenta esta simbiosis es fundamental para crear un clima de trabajo motivacional en esas edades en la que el desinterés y el desánimo parecen ser la tónica habitual del alumnado.
Objetivo
Formación para el profesorado
Formación para el alumnado
Formación para las familias
Desde aquí podréis descargar nuestro catálogo de actividades para este curso escolar 2019-2020, en él encontraréis una breve descripción de cada uno de nuestros programas. Para una información más específica no dudéis en contactar con nosotras.